jueves, 9 de abril de 2009

Milva - Ave María


Milva, se mueve en escena con la sensualidad magnética de una pantera y canta como una diosa. Su timbre hondo, grave sube y baja por la escala musical, mientras su cuerpo, de una enorme expresividad, manifiesta todas las emociones del tango: la pasión amorosa, el desgarro, la locura, la nostalgia, el dolor y la alegría. Milva canta con todo el cuerpo, desde esa legendaria cabellera rojiza arrebatadora hasta los pies, que se deslizan por el escenario como si lo acariciaran.
Antes de su decisivo encuentro con el maestro Astor Piazzolla, el gran músico innovador del tango, era “Milva la roja”: había cantado las canciones de Berlolt Brecht y fascinó a todos los públicos.
El encuentro de Milva con Piazzolla marca uno de esos momentos en que la historia de la música puede cambiar. El gran músico prefería el tango instrumental, pero Milva se convirtió en su mejor intérprete, acoplada al bandoneón como si fuera una nota más del tango. Fue su musa, y ella se entregó en cuerpo y alma al tango, ese sentimiento melancólico que se baila.
El Ave María que hoy enviamos compuesto por Astor Piazzolla y que antes de morir le regaló a Milva. Comenta la cantante italiana: «Antes de morir me regaló una pieza y me dijo: 'cántala cuando sientas que es el momento'», Para fortuna nuestra, ese momento llegó en 2001. Con más de 60 años Milva nos regaló este Ave Maria, para deleite de quienes gozamos de esta gran intérprete.

Un beso


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